La Universidad Nómada funciona porque sus Docentes y sus Panelistas donan su tiempo, su conocimiento y su fuerza de trabajo. El voluntariado,
la autogestión, la solidaridad y el amor por la Economía Social del
Conocimiento han hecho que el Proyecto solamente requiera un portátil,
tres celulares, una lámpara LED (comprada un día sin IVA) y una conexión
WiFi casera con una Frecuencia 2.4 GHz. Curiosamente, los tres celulares
se consiguieron gracias a la solidaridad de varias personas del Proyecto;
dos por una rifa en noviembre de 2020 y el otro por un obsequio de
cumpleaños el 15 de diciembre de 2020.
Entre diciembre de 2020 y abril de 2022 se trabajó con un portátil
prestado por el Programa Antivirus para la Deserción de la Universidad de
Antioquia; desde mayo se compró un portátil ASUS de segunda a una
familiar y a buen precio, con parte de una liquidación de un Contrato de
Horas Cátedra con la misma UdeA. Las clases se han dado hasta el
miércoles 27 de julio sin micrófono, el celular transmisor ha estado sin
trípode, como apoyo al móvil para grabar las clases se han usado libros,
botellas de vino o de cerveza o se ha tenido en la mano.
Las clases presenciales se han realizado por la generosidad de Cafés
Literarios como Bachué y Clorofila Taller, así como por el apoyo de Alexis
Cardona en el Centro de Desarrollo Social de Campo Valdés y de Ecosesa
en Castilla. Ha habido clases en Parques, en mangas, en Bibliotecas
Públicas, en espacios universitarios, en Bares, en las afueras del Estadio
Atanasio Girardot, en bosques de la vereda San Juan del municipio de La
Unión (Antioquia-Colombia); en fincas del Corregimiento de Santa Elena,
en tomas al Metro de Medellín y en espacios como la Curva de Bantú,
como el Guanábano y el Parque del Periodista. Esto es la Universidad
Nómada, compartir y establecer diálogos de saberes con las
comunidades, sin esperar algo a cambio y sin llegar a imponer ideologías
o paradigmas academicistas.